Soledad, un pequeño sentimiento frío.
Soledad, la soledad es algo que a todos nos aterra, es algo que simplemente no nos gusta.
Aveces podemos pensar que estamos bien con eso, pero realmente no es algo que nos agrade.
La soledad es horrible y es algo que por más que todo, queremos evitar, pero ¿saben qué?, la soledad realmente no existe. Aveces decimos que estamos solos, pero realmente nunca lo estamos, siempre hay alguien que está para nosotros y aunque digamos que no, bueno, realmente esa persona que nos acompaña, está en otro lugar.
Nuestra vida es complicada, un día estamos conviviendo con 5 personas, después con 10, y luego con 20, y al final nos damos cuenta de que ninguna se queda con nosotros, pero, la persona más importante siempre llegará, no importa el tiempo, la distancia o incluso el lugar, siempre llegará.
Cuando pensamos en la soledad, pensamos en el frío, pensamos en un frio invernal que nos congela, y nos deja sin nada, pero incluso en el frío ártico, hay calor, un calor que puede venir de la parte más profunda de ese frío, es un calor pequeño, pero suficientemente fuerte para darnos vida, es una calidez lenta, que nos da comodidad, y seguridad. Cuando encontramos ese pequeño calor, y nos concentramos en el, podemos sentirlo, sentir como el calor aumenta, como nos abraza, como emana con más y más intensidad, como empieza a recorrer cada fibra del cuerpo, y tan presto nos damos cuenta, hay alguien a nuestro lado, o mejor dicho, hay alguien en nuestros brazos, abrazandonos, y esa persona, es la persona que nos acompañará año con año, día con día, sin importar que tan mal estés, o que tantas veces cometas errores.
La soledad es pasajera, siempre abra alguien que te extienda los brazos, estará cuando la veas, o cuando no lo hagas, estará en carne propia, y en espíritu, pero siempre abra alguien para tí.
Aveces podemos pensar que estamos bien con eso, pero realmente no es algo que nos agrade.
La soledad es horrible y es algo que por más que todo, queremos evitar, pero ¿saben qué?, la soledad realmente no existe. Aveces decimos que estamos solos, pero realmente nunca lo estamos, siempre hay alguien que está para nosotros y aunque digamos que no, bueno, realmente esa persona que nos acompaña, está en otro lugar.
Nuestra vida es complicada, un día estamos conviviendo con 5 personas, después con 10, y luego con 20, y al final nos damos cuenta de que ninguna se queda con nosotros, pero, la persona más importante siempre llegará, no importa el tiempo, la distancia o incluso el lugar, siempre llegará.
Cuando pensamos en la soledad, pensamos en el frío, pensamos en un frio invernal que nos congela, y nos deja sin nada, pero incluso en el frío ártico, hay calor, un calor que puede venir de la parte más profunda de ese frío, es un calor pequeño, pero suficientemente fuerte para darnos vida, es una calidez lenta, que nos da comodidad, y seguridad. Cuando encontramos ese pequeño calor, y nos concentramos en el, podemos sentirlo, sentir como el calor aumenta, como nos abraza, como emana con más y más intensidad, como empieza a recorrer cada fibra del cuerpo, y tan presto nos damos cuenta, hay alguien a nuestro lado, o mejor dicho, hay alguien en nuestros brazos, abrazandonos, y esa persona, es la persona que nos acompañará año con año, día con día, sin importar que tan mal estés, o que tantas veces cometas errores.
La soledad es pasajera, siempre abra alguien que te extienda los brazos, estará cuando la veas, o cuando no lo hagas, estará en carne propia, y en espíritu, pero siempre abra alguien para tí.
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